PEREGRINAR
Testimonio y reflexiones de Carmen Marín Cornelio
"Nuestro caminar con Cristo"
Volumen I Número 2 Fecha: Agosto de 2001
PEREGRINAR
Así es, estoy de nuevo comentando lo aprendido en mi peregrinar, porque ahora quiero compartir lo relacionado con el AMOR y el maravilloso don de la VIDA.
Cuando decides continuar el camino, a pesar de los problemitas, y detalles que te vas encontrando contigo mismo y con los demás que aún estando dentro del mismo ambiente, y con la misma meta: conocer más sobre Dios, te van obstaculizando el avance en un proceso que luego que los vences con la ayuda de Dios, logras comprender que todo lo que te ocurrió era necesario por ser parte de un CRECIMIENTO espiritual porque con lo anterior empiezas a sentir más claras tus ideas, tu decisión se hace cada vez más fuerte, y puede que después llegues tu mismo a decir "no eran nada" ante la fortaleza que el Señor Jesús te va templando para ayudar a los demás en ese Peregrinar.
Durante mi desarrollo tuve confusiones fuertes conmigo misma, que al aclararlas luego, me llevaron a definir que lo que necesitaba recibir de Dios, era esa luz divina que energetiza el alma, nombrada comúnmente: AMOR en ese caminar comprendí que era diferente al que todos equivocadamente conocemos, porque el que yo pedía era el AMOR que CRISTO sentía, porque solo con él podría vencer inseguridades, tristezas, prejuicios, y porque al sentirlo eres feliz de realizar las cosas en su nombre, para su gloria, sabiendo que siempre está contigo, es dejarte llevar por lo que te indica que realices, poniéndote en sus manos para que te conduzca.
Es practicar el AMOR de JESUCRISTO y te invito a que pruebes hacerlo, porque es algo que embellece y purifica el corazon. Poco después de iniciar la lectura relacionada con lo mencionado anteriormente, y que por cierto, era algo que le había pedido en mis oraciones a Jesús, que me purificara el corazon llenándolo de mucho AMOR, porque yo sabía que lo necesitaba para poder continuar y no sentirme mal por los errores que como humanos cometemos.
Al poco tiempo vinieron las pruebas para demostrarme si era cierto que quería continuar con el SI que le había prometido, y es entonces cuando llega el momento de aprender a valorar ese milagro y tan maravilloso...
Algo superior a todo lo anteriormente experimentado durante mis aprendizajes, algo lleno de SABIDURÍA, algo que me ayuda para ir definiendo aún más el servicio que debo dar en la iglesia, porque es cuando logro darme cuenta que ya no importan las opiniones, ni las cosas materiales, cuando sientes que ya no eres igual en tu forma de vivir a lo que eras antes, porque a pesar de las angustias y los sufrimientos, te nace en el corazon el deseo de ayudar y enseñar a orar a los que ves que lo necesitan, y sin dejar de importarte tus seres queridos, te solidarizas con el dolor y la pena de los demás, porque al mismo tiempo te sientes protegida misteriosamente por algo tan AMOROSO como lo es la santísima Trinidad.
El fruto del silencio es la oración, El fruto de la oración es la fe, El fruto de la fe es el amor, Y el fruto del amor es Servir a los demás."
Valoras también ahora tus anteriores momentos de oración y la caridad puesta en tus acciones, que hacen sentirte ante las situaciones difíciles por afrontar, segura y confiada en que Jesús está contigo, ayudándote a llevar tu carga pesada, haciéndotela más ligera. Cuando recuerdas lo leído tantas veces y que no logramos comprender bien, como el "pidan y se les dará, busquen y encontrarán" y recurres a tu petición, con la plena confianza de que serás escuchada por JESUS MISERICORDIOSO, y es entonces cuando tu fe te salva logrando los milagros que Dios realiza con su omnipotente poder.
También sin olvidar que eres como un árbol cerca del río que se alimenta del manantial, así tienes que continuar alimentándote del PAN DEL CIELO como lo es la sagrada EUCARISTIA para iluminar e irradiar la energía divina tan necesaria por llevar a los demás, como lo es, el AMOR de Jesucristo a través del Evangelio. Haciéndoles sentir que no están solos, que tienen alguien a quien recurrir en esos momentos angustiosos y por más dolorosos que sean, ofreciéndoselos al recordar su pasión, se siente uno diferente. Porque el dolor de perder la VIDA de seres queridos, se transforma o mitiga, al saber que ella es un DON que Dios nos da, por lo que debemos valorarla cuando la tenemos, sirviéndole de corazon con mucho amor a Jesús. Y es ahí donde radica la felicidad de saber vivir, porque entre más confíes en EL, más lo amarás y esto irá acrecentando la fuerza magnética de atracción que te une a El.
EL SUFRIMIENTO EN SI MISMO NO ES NADA, PERO EL SUFRIMIENTO COMPARTIDO CON LA PASION DE CRISTO, ES UN DON MARAVILlOSO, EL DON MAS HERMOSO."
Una breve conclusión de todo lo antes expresado, es de que Dios TODOPODEROSO nos impulsa a realizar cosas que para otros parecen ya sin importancia, o que han quedado fuera de moda, como que la gente perdió durante los tiempos actuales, y que, sin embargo, son tan necesarias e indispensables, como por ejemplo el de la SOLIDARIDAD con el dolor de las personas que se encuentran a nuestro derredor, pero que por la misma frialdad e indiferencia, que nos ha ido convirtiendo en unos seres mecanizados, vemos raro o aburrido el acercarnos a comunicarles un poco de aliento y confianza en DIOS a través del Evangelio, a esos enfermos, a esos moribundos, a sus familiares que no saben que hacer, o que ya han perdido el rumbo, olvidándose hasta de los Sacramentos y consideran a todo esto como pérdida de tiempo, porque para éstos ya no existen las palabras: FE y ESPERANZA.
Y se concretan únicamente a buscar herencias, o a tramitar el sepelio, ¿dónde está el amor? ¿acaso existió alguna vez para ellos? O ¿es algo solamente para personas soñadoras, por no nombrarlas de otra manera? Porque para mí significó una gran lección en la vida, el haber experimentado la enfermedad de mi esposo, debido a que logré comprender el significado de expresiones como: CREO SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE. PIDAN Y SE LES DARA, BUSQUEN Y ENCONTRARAN. EL QUE CREE EN MI NO MORIRA.
También pude comprender el gran poder de protección divina que tiene EL AMOR, LA FE Y LA ESPERANZA EN DIOS. Porque la FE logró unir y valorar a mi familia y con todo ello nuevamente digo:
¡GRACIAS, PADRE CELESTIAL!
POR TU AMOR TAN MISERICORDIOSO Y POR EL MARAVILlOSO DON DE LA VIDA.
Carmen Marín Cornelio
Del libro “Nuestro caminar con Cristo”
Un espacio católico de Evangelización
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