| Pues he aquí que el Señor Yahveh Sebaot está quitando de Jerusalén y de Judá todo sustento y apoyo: (todo sustento de pan y todo sustento de agua); |
| el valiente y el guerrero, el juez y el profeta, el augur y el anciano, |
| el jefe de escuadra y el favorito, el consejero, el sabio hechicero y el hábil encantador. |
| Les daré mozos por jefes, y mozalbetes les dominarán. |
| Querrá mandar la gente, cada cual en cada cual, los unos a los otros y cada cual en su compañero.Se revolverá el mozo contra el anciano, y el vil contra el hombre de peso. |
| Pues agarrará uno a su hermano al de su mismo apellido, diciéndole: Túnica gastas: príncipe nuestro seas, toma a tu cargo esta ruina. |
| Pero el otro exclamará aquel día: No seré vuestro médico; en mi casa no hay pan ni túnica: no me pongáis por príncipe del pueblo. |
| Así que tropezó Jerusalén, y Judá ha caído; pues sus lenguas y sus fechorías a Yahveh han llegado, irritando los ojos de su majestad. |
| La expresión de su rostro les denuncia, y sus pecados como Sodoma manifiestan, no se ocultan. ¡Ay de ellos, porque han merecido su propio mal! |
| Decid al justo que bien, que el fruto de sus acciones comerá. |
| ¡Ay del malvado! que le irá mal, que el mérito de sus manos se le dará. |
| A mi pueblo le oprime un mozalbete, y mujeres le dominan.Pueblo mío, tus regidores vacilan y tus derroteros confunden. |
| Se levanta a pleitear Yahveh y está en pie para juzgar a los pueblos. |
| Yahveh demanda en juicio a los ancianos de su pueblo y a sus jefes. Vosotros habéis incendiado la viña, el despojo del mísero tenéis en vuestras casas. |
| Pero ¿qué os importa? Machacáis a mi pueblo y moléis el rostro de los pobres - oráculo del Señor Yahveh Sebaot -. |
| Dice Yahveh: Por cuanto son altivas las hijas de Sión, y andan con el cuello estirado y guiñando los ojos, y andan a pasitos menudos, y con sus pies hacen tintinear las ajorcas, |
| rapará el Señor el cráneo de las hijas de Sión, y Yahveh destapará su desnudez. |
| Aquel día quitará el Señor el adorno de las ajorcas, los solecillos y las lunetas; |
| los aljófares, las lentejuelas y los cascabeles; |
| los peinados, las cadenillas de los pies, los ceñidores, los pomos de olor y los amuletos, |
| los anillos y aretes de nariz; |
| los vestidos preciosos, los mantos, los chales, los bolsos, |
| los espejos, las ropas finas, los turbantes y las mantillas. |
| Por debajo del bálsamo habrá hedor, por debajo de la faja, soga, por debajo de la peluca, rapadura, y por debajo del traje, refajo de arpillera. y por debajo de la hermosura, vergüenza. |
| Tus gentes a espada caerán, y tus campeones en guerra. |
| Y darán ayes y se dolerán a las puertas, y tú, asolada, te sentarás por tierra. |
| | |