| Samuel dijo a todo Israel: Ya veis que os he atendido en todo lo que me habéis pedido y he puesto un rey sobre vosotros. |
| En adelante, el rey marchara delante de vosotros. Cuanto a mí, he envejecido y encanecido, y mis hijos entre vosotros están. He andado delante de vosotros desde mi juventud hasta hoy. |
| Aquí me tenéis. Atestiguad contra mí delante de Yahveh y delante de su ungido. ¿De quién he tomado yo el buey o de quién he tomado el asno? ¿A quién he atropellado u oprimido? ¿Quién me ha sobornado para que cerrara los ojos? Yo os lo restituiré. |
| Respondieron: No nos has atropellado ni oprimido, y nada has recibido de nadie. |
| El les dijo: Yahveh es testigo contra vosotros, y su ungido es testigo hoy de que vosotros no habéis encontrado nada en mis manos. Respondieron: Es testigo. |
| Dijo entonces Samuel al pueblo: Testigo es aquel Yahveh que suscitó a Moisés y Aarón y que hizo subir a vuestros padres del país de Egipto. |
| Presentaos ahora para que yo pleitee con vosotros ante Yahveh y para recordaros todos los beneficios que Yahveh ha llevado a cabo en favor vuestro y de vuestros padres. |
| Cuando Jacob entró en Egipto, los egipcios los oprimieron y vuestros padres clamaron a Yahveh. Entonces Yahveh envió a Moisés y Aarón que sacaron a vuestros padres de Egipto y los puso en este lugar. |
| Pero ellos olvidaron a Yahveh su Dios, y él los entregó en manos de Sísara, jefe del ejército de Jasor, en manos de los filisteos y del rey de Moab, que combatieron contra ellos. |
| Clamaron a Yahveh diciendo: Hemos pecado, porque hemos abandonado a Yahveh y servido a los Baales y a las Astartés. Pero ahora, líbranos de las manos de nuestros enemigos y te serviremos. |
| Envió entonces Yahveh a Yerubbaal, a Baraq, a Jefté y a Samuel, os ha librado de los enemigos que os rodeaban y habéis vivido en seguridad. |
| Pero, en cuanto habéis visto que Najás, rey de los ammonitas, venía contra vosotros, me habéis dicho: ¡No! Que reine un rey sobre nosotros, siendo así que vuestro rey es Yahveh, Dios vuestro. |
| Aquí tenéis ahora al rey que os habéis elegido. Yahveh ha establecido un rey sobre vosotros. |
| Si teméis a Yahveh y le servís, si escucháis su voz y no os rebeláis contra las órdenes de Yahveh; si vosotros y el rey que reine sobre vosotros seguís a Yahveh vuestro Dios, está bien. |
| Pero si no escucháis la voz de Yahveh, si os rebeláis contra las órdenes de Yahveh, entonces la mano de Yahveh pesará sobre vosotros y sobre vuestro rey. |
| Una vez más, quedaos para ver este gran prodigio que Yahveh realiza a vuestros ojos. |
| ¿No es ahora la cosecha del trigo? Pues bien, voy a invocar a Yahveh para que haga tronar y llover. Reconoced y ved el gran mal que habéis hecho a los ojos de Yahveh, a pedir un rey para vosotros. |
| Invocó Samuel a Yahveh, que hizo tronar y llover aquel mismo día, y todo el pueblo cobró mucho temor a Yahveh y a Samuel. |
| Dijo todo el pueblo a Samuel: Suplica a Yahveh tu Dios en favor de tus siervos, para que no muramos; hemos colmado nuestros pecados pidiendo en rey para nosotros. |
| Pero Samuel dijo al pueblo: No temáis. Cierto que habéis hecho esta maldad. Pero ahora, no os alejéis de Yahveh y servidle con todo vuestro corazón, |
| y no os apartéis en pos de los que no son nada, que no sirven ni salvan porque no son nada. |
| Pues Yahveh no rechazará a su pueblo por el honor de su gran nombre, porque Yahveh se ha dignado hacer de vosotros su pueblo. |
| Por mi parte, lejos de mí pecar contra Yahveh dejando de suplicar por vosotros y de enseñaros el camino bueno y recto. |
| Sólo a Yahveh temeréis y le serviréis fielmente, con todo vuestro corazón, porque habéis visto esta cosa grandiosa que ha realizado en medio de vosotros. |
| Pero si os portáis mal, pereceréis, vosotros y vuestro rey. |
| | |