| Un obrero bebedor nunca se enriquecerá, el que desprecia las cosas pequeñas, poco a poco caerá. |
| Vino y mujeres pervierten a los inteligentes, el que va a prostitutas es aún más temerario. |
| De larvas y gusanos será herencia, el temerario perderá su vida. |
| Quien se confía enseguida, ligero es de corazón, el que peca, a sí mismo se hace daño. |
| El que se regodea en el mal será condenado, |
| el que odia la verborrea escapará al mal. |
| No repitas nunca lo que se dice, y en nada sufrirás menoscabo. |
| Ni a amigo ni a enemigo cuentes nada, a menos que sea pecado para ti, no le descubras. |
| Porque te escucharía y se guardaría de ti, y en la ocasión propicia te detestaría. |
| ¿Has oído algo? ¡Quede muerto en ti! ¡Animo, no reventarás! |
| Por una palabra oída ya está el necio en dolores, como por el hijo la mujer que da a luz. |
| Una flecha clavada en el muslo, tal es la palabra en las entrañas del necio. |
| Interoga a tu amigo: quizá no haya hecho nada, y si acaso lo ha hecho, para que no reincida. |
| Interroga a tu prójimo: quizá no ha dicho nada, y si acaso lo ha dicho, para que no repita. |
| Interroga a tu amigo: que hay calumnia a menudo, no creas todo lo que se dice. |
| A veces se resbala uno sin querer, y ¿quién no ha pecado con su lengua? |
| Interroga a tu prójimo antes de amenazarle, y obedece a la ley del Altísimo. |
| Toda sabiduría es temor del Señor, y en toda sabiduría se practica la ley. |
| Mas no es sabiduría el conocimiento del mal, no está en el consejo de los pecadores la prudencia. |
| Hay un saberlo todo que es abominación, es estúpido el que carece de sabiduría. |
| Más vale ser vacío de inteligencia y lleno de temor, que desbordar prudencia y traspasar la ley. |
| Hay un saberlo todo que sirve a la injusticia, que para mantener el derecho usa de argucias. |
| Hay malhechor que anda encorvado por el tedio, mas su interior está lleno de dolo: |
| tapándose la cara, haciéndose el sordo, mientras no es reconocido te tomará la delantera. |
| Si por su escasa fuerza no se atreve a pecar, en cuanto encuentre ocasión, se dará a hacer el mal. |
| Por la mirada se reconoce al hombre, por el aspecto del rostro se reconoce al pensador. |
| El atuendo del hombre, la risa de sus dientes, su caminar revelan lo que es. |
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