| El justo perece, y no hay quien haga caso; los hombres buenos son arrebatados, y no hay quien lo considere.Cuando ante la desgracia es arrebatado el justo, |
| se va en paz. ¡Descansen en sus lechos todos los que anduvieron en camino recto! |
| Pero vosotros venid acá, hijos de hechicera, raza adúltera que te prostituyes: |
| ¿De quién os mofáis? ¿Contra quién abrís la boca y sacáis la lengua? ¿No sois vosotros engendros de pecado, prole bastarda? |
| Los que entráis en calor entre terebintos, bajo cualquier árbol frondoso, degolladores de niños en las torrenteras, debajo de los resquicios de las peñas. |
| En las piedras lisas del torrente tengas tu parte: ¡ellas, ellas te toquen en suerte!Que también sobre ellas vertiste libaciones, hiciste oblación. ¿Acaso con estas cosas me voy a aplacar? |
| Sobre montaña alta y empinada pusiste tu lecho.Hasta allí subiste a hacer el sacrificio. |
| Detrás de la puerta y de la jamba pusiste tu memorial.Sí, te desnudaste, subiste, y no conmigo, a tu lecho, y lo extendiste.Llegaste a un acuerdo con aquellos con quienes te plugo acostarte, mirando el monumento. |
| Te has acercado con aceite para Mélek, multiplicaste tus aromas.Enviaste a tus emisarios muy lejos, y los hiciste bajar hasta el seol. |
| De tanto caminar te cansaste, pero sin decir: Me rindo.Hallaste el vigor de tu mano, y así no quedaste debilitada. |
| Pues bien, ¿de quién te asustaste y tuviste miedo, que fuiste embustera, y de mí no te acordaste, no hiciste caso de ello? ¿No es que porque me callé desde siempre, a mí no me temiste? |
| Yo voy a denunciar tu virtud y tus hechos, y no te aprovecharán. |
| Cuando grites, que te salven los reunidos en torno a ti, que a todos ellos los llevará el viento, los arrebatará el aire.Pero aquel que se ampare en mí poseerá la tierra y heredará mi monte santo. |
| Entonces se dirá:Reparad, reparad, abrid camino, quitad los obstáculos del camino de mi pueblo. |
| Que así dice el Excelso y Sublime, el que mora por siempre y cuyo nombre es Santo. En lo excelso y sagrado yo moro, y estoy también con el humillado y abatido de espíritu, para avivar el espíritu de los abatidos, para avivar el ánimo de los humillados. |
| Pues no disputaré por siempre ni estaré eternamente enojado, pues entonces el espíritu ante mí desmayaría y las almas que yo he creado. |
| Por culpa de su codicia me enojé y le herí, ocultándome en mi enojo.Pero el rebelde seguía su capricho. |
| Sus caminos vi.Yo le curaré y le guiaré, y le daré ánimos a él y a los que con él lloraban, |
| poniendo alabanza en los labios: ¡Paz, paz al de lejos y al de cerca! - dice Yahveh -. Yo le curaré. |
| Los malos son como mar agitada cuando no puede calmarse, cuyas aguas lanzan cieno y lodo. |
| No hay paz para los malvados - dice mi Dios |
| | |