| El Sumo Sacerdote preguntó: ¿Es así? |
| El respondió: Hermanos y padres, escuchad. El Dios de la gloria se apareció a nuestro padre Abraham cuando estaba en Mesopotamia, antes de que se estableciese en Jarán |
| y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela y vete a la tierra que yo te muestre. |
| Entonces salió de la tierra de los caldeos y se estableció en Jarán. Y después de morir su padre, Dios le hizo emigrar de allí a esta tierra que vosotros habitáis ahora. |
| Y no le dio en ella en heredad ni la medida de la planta del pie; sino que prometió dársela en posesión a él y a su descendencia después de él, aunque no tenía ningún hijo. |
| Dios habló así: Tus descendientes residirán como forasteros en tierra extraña y les esclavizarán y les maltratarán durante cuatrocientos años. |
| Pero yo juzgaré - dijo Dios - a la nación a la que sirvan como esclavos, y después saldrán y me darán culto en este mismo lugar. |
| Le dio, además, la alianza de la circuncisión; y así, al engendrar a Isaac, Abraham le circuncidó el octavo día, y lo mismo Isaac a Jacob, y Jacob a los doce patriarcas. |
| Los patriarcas, envidiosos de José, le vendieron con destino a Egipto. Pero Dios estaba con él |
| y le libró de todas sus tribulaciones y le dio gracia y sabiduría ante Faraón, rey de Egipto, quien le nombró gobernador de Egipto y de toda su casa. |
| Sobrevino entonces en todo Egipto y Canaán hambre y gran tribulación; nuestros padres no encontraban víveres. |
| Pero al oír Jacob que había trigo en Egipto, envió a nuestros padres una primera vez; |
| la segunda vez José se dio a conocer a sus hermanos y conoció Faraón el linaje de José. |
| José envió a buscar a su padre Jacob y a toda su parentela que se componía de 75 personas. |
| Jacob bajó a Egipto donde murió él y también nuestros padres; |
| y fueron trasladados a Siquem y depositados en el sepulcro que había comprado Abraham a precio de plata a los hijos de Jamor, padre de Siquem. |
| Conforme se iba acercando el tiempo de la promesa que Dios había hecho a Abraham, creció el pueblo y se multiplicó en Egipto, |
| hasta que se alzó un nuevo rey en Egipto que no se acordó de José. |
| Obrando astutamente contra nuestro linaje, este rey maltrató a nuestros padres hasta obligarles a exponer sus niños, para que no vivieran. |
| En esta coyuntura nació Moisés, que era hermoso a los ojos de Dios. Durante tres meses fue criado en la casa de su padre; |
| después fue expuesto y le recogió la hija de Faraón, quien le crió como hijo suyo. |
| Moisés fue educado en toda la sabiduría de los egipcios y fue poderoso en sus palabras y en sus obras. |
| Cuando cumplió la edad de cuarenta años, se le ocurrió la idea de visitar a sus hermanos, los hijos de Israel. |
| Y al ver que uno de ellos era maltratado, tomó su defensa y vengó al oprimido matando al egipcio. |
| Pensaba él que sus hermanos comprenderían que Dios les daría la salvación por su mano; pero ellos no lo comprendieron. |
| Al día siguiente se les presentó mientras estaban peleándose y trataba de ponerles en paz diciendo: Amigos, que sois hermanos, ¿por qué os maltratáis uno a otro? |
| Pero el que maltrataba a su compañero le rechazó diciendo: ¿Quién te ha nombrado jefe y juez sobre nosotros? |
| ¿Es que quieres matarme a mí como mataste ayer al egipcio? |
| Al oír esto Moisés huyó y vivió como forastero en la tierra de Madián, donde tuvo dos hijos. |
| Al cabo de cuarenta años se le apareció un ángel en el desierto del monte Sinaí, sobre la llama de una zarza ardiendo. |
| Moisés se maravilló al ver la visión, y al acercarse a mirarla, se dejó oír la voz del Señor: |
| Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Moisés temblaba y no se atrevía a mirar. |
| El Señor le dijo: Quítate las sandalias de los pies, pues el lugar donde estás es tierra santa. |
| Bien vista tengo la opresión de mi pueblo que está en Egipto y he oído sus gemidos y he bajado a librarles. Y ahora ven, que te enviaré a Egipto. |
| A este Moisés, de quien renegaron diciéndole: ¿quién te ha nombrado jefe y juez? , a éste envió Dios como jefe y redentor por mano del ángel que se le apareció en la zarza. |
| Este les sacó, realizando prodigios y señales en la tierra de Egipto, en el mar Rojo y en el desierto durante cuarenta años. |
| Este es el Moisés que dijo a los israelitas: Dios os suscitará un profeta como yo de entre vuestros hermanos. |
| Este es el que, en la asamblea del desierto, estuvo con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres; el que recibió palabras de vida para comunicárnoslas; |
| este es aquel a quien no quisieron obedecer nuestros padres, sino que le rechazaron para volver su corazón hacia Egipto, |
| y dijeron a Aarón: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque este Moisés que nos sacó de la tierra de Egipto no sabemos qué ha sido de él. |
| E hicieron aquellos días un becerro y ofrecieron un sacrificio al ídolo E hicieron una fiesta a las obras de sus manos. |
| Entonces Dios se apartó de ellos y los entregó al culto del ejército del cielo, como está escrito en el libro de los Profetas: ¿Es que me ofrecisteis víctimas y sacrificios durante cuarenta años en el desierto, casa de Israel? |
| Os llevasteis la tienda de Moloc y la estrella del dios Refán, las imágenes que hicisteis para adorarlas; pues yo os llevaré más allá de Babilonia. |
| Nuestros padres tenían en el desierto la Tienda del Testimonio, como mandó el que dijo a Moisés que la hiciera según el modelo que había visto. |
| Nuestros padres que les sucedieron la recibieron y la introdujeron bajo el mando de Josué en el país ocupado por los gentiles, a los que Dios expulsó delante de nuestros padres, hasta los días de David, |
| que halló gracia ante Dios y pidió encontrar una Morada para la casa de Jacob. |
| Pero fue Salomón el que le edificó Casa, |
| aunque el Altísimo no habita en casas hechas por mano de hombre como dice el profeta: |
| El cielo es mi trono y la tierra el escabel de mis pies.Dice el Señor: ¿Qué Casa me edificaréis?O ¿cuál será el lugar de mi descanso? |
| ¿Es que no ha hecho mi mano todas estas cosas? |
| ¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos! ¡Vosotros siempre resistís al Espíritu Santo! ¡Como vuestros padres, así vosotros! |
| ¿A qué profeta no persiguieron vuestros padres? Ellos mataron a los que anunciaban de antemano la venida del Justo, de aquel a quien vosotros ahora habéis traicionado y asesinado; |
| vosotros que recibisteis la Ley por mediación de ángeles y no la habéis guardado. |
| Al oír esto, sus corazones se consumían de rabia y rechinaban sus dientes contra él. |
| Pero él, lleno del Espíritu Santo, miró fijamente al cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús que estaba en pie a la diestra de Dios; |
| y dijo: Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre que está en pie a la diestra de Dios. |
| Entonces, gritando fuertemente, se taparon sus oídos y se precipitaron todos a una sobre él; |
| le echaron fuera de la ciudad y empezaron a apedrearle. Los testigos pusieron sus vestidos a los pies de un joven llamado Saulo. |
| Mientras le apedreaban, Esteban hacía esta invocación: Señor Jesús, recibe mi espíritu. |
| Después dobló las rodillas y dijo con fuerte voz: Señor, no les tengas en cuenta este pecado. Y diciendo esto, se durmió. |
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