| En verdad bueno es Dios para Israel, el Señor para los de puro corazón. |
| Por poco mis pies se me extravían, nada faltó para que mis pasos resbalaran, |
| celoso como estaba de los arrogantes, al ver la paz de los impíos. |
| No, no hay congojas para ellos, sano y rollizo está su cuerpo; |
| no comparten la pena de los hombres, con los humanos no son atribulados. |
| Por eso el orgullo es su collar, la violencia el vestido que los cubre; |
| la malicia les cunde de la grasa, de artimañas su corazón desborda. |
| Se sonríen, pregonan la maldad, hablan altivamente de violencia; |
| ponen en el cielo su boca, y su lengua se pasea por la tierra. |
| Por eso mi pueblo va hacia ellos: aguas de abundancia les llegan. |
| Dicen: ¿Cómo va a saber Dios? ¿Hay conocimiento en el Altísimo? |
| Miradlos: ésos son los impíos, y, siempre tranquilos, aumentan su riqueza. |
| ¡Así que en vano guardé el corazón puro, mis manos lavando en la inocencia, |
| cuando era golpeado todo el día, y cada mañana sufría mi castigo! |
| Si hubiera dicho: Voy a hablar como ellos, habría traicionado a la raza de tus hijos; |
| me puse, pues, a pensar para entenderlo, ¡ardua tarea ante mis ojos! |
| Hasta el día en que entré en los divinos santuarios, donde su destino comprendí: |
| oh, sí, tú en precipicios los colocas, a la ruina los empujas. |
| ¡Ah, qué pronto quedan hechos un horror, cómo desaparecen sumidos en pavores! |
| Como en un sueño al despertar, Señor, así, cuando te alzas, desprecias tú su imagen. |
| Sí, cuando mi corazón se exacerbaba, cuando se torturaba mi conciencia, |
| estúpido de mí, no comprendía, una bestia era ante ti. |
| Pero a mí, que estoy siempre contigo, de la mano derecha me has tomado; |
| me guiarás con tu consejo, y tras la gloria me llevarás. |
| ¿Quién hay para mí en el cielo?Estando contigo no hallo gusto ya en la tierra. |
| Mi carne y mi corazón se consumen: ¡Roca de mi corazón, mi porción, Dios por siempre! |
| Sí, los que se alejan de ti perecerán, tú aniquilas a todos los que te son adúlteros. |
| Mas para mí, mi bien es estar junto a Dios; he puesto mi cobijo en el Señor, a fin de publicar todas tus obras. |
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