| No tengas envidia de los malos, no desees estar con ellos, |
| porque su corazón trama violencias, y sus labios hablan de desgracias. |
| Con la sabiduría se construye una casa, y con la prudencia se afianza; |
| con la ciencia se llenan los cilleros de todo bien precioso y deseable. |
| El varón sabio está fuerte, el hombre de ciencia fortalece su vigor; |
| porque con sabios consejos harás la guerra, y en la abundancia de consejeros está el éxito. |
| Muy alta está la sabiduría para el necio: no abre su boca en la puerta. |
| Al que piensa en hacer mal, se le llama maestro en intrigas. |
| La necedad sólo maquina pecados, el arrogante es abominable a los hombres. |
| Si te dejas abatir el día de la angustia, angosta es tu fuerza. |
| Libra a los que son llevados a la muerte, y a los conducidos al suplicio ¡si los pudieras retener! |
| Si dices: Mira que no lo sabíamos, ¿acaso el que pesa los corazones no comprende? ¿el que vigila tu alma, no lo sabe?El da a cada hombre según sus obras. |
| Come miel, hijo mío, porque es buena.Panal de miel es dulce a tu paladar. |
| Pues sábete que así será la sabiduría para tu alma, y si la hallas, hay un mañana, y tu esperanza no será aniquilada. |
| No pongas, malvado, asechanzas en la mansión del justo, no hagas violencia a su morada. |
| Que siete veces cae el justo, pero se levanta, mientras los malos se hunden en la desgracia. |
| No te alegres por la caída de tu enemigo, no se goce tu corazón cuando se hunde; |
| no sea que lo vea Yahveh y le desagrade, y aparte de él su ira. |
| No te enfurezcas por causa de los malvados, ni tengas envidia de los malos. |
| Porque para el malvado no hay un mañana: la lámpara de los malos se extinguirá. |
| Teme, hijo mío, a Yahveh y al rey, no te relaciones con los innovadores, |
| porque al instante surgirá su calamidad, y ¿quién sabe el castigo que pueden ambos dar? |
| También esto pertenece a los sabios:Hacer acepción de personas en el juicio no está bien. |
| Al que dice al malo: Eres justo, le maldicen los pueblos y le detestan las naciones; |
| los que los castigan, viven felices, y viene sobre ellos la bendición del bien. |
| Besa en los labios, el que responde con franqueza. |
| Ordena tus trabajos de fuera y prepara tus faenas en el campo; y después puedes construirte tu casa. |
| No des testimonio, en vano, contra tu prójimo, ni engañes con tus labios. |
| No digas: Como él me ha hecho a mí, le haré yo a él, daré a cada uno según sus obras. |
| He pasado junto al campo de un perezoso, y junto a la viña de un hombre insensato, |
| y estaba todo invadido de ortigas, los cardos cubrían el suelo, la cerca de piedras estaba derruída. |
| Al verlo, medité en mi corazón, al contemplarlo aprendí la lección: |
| Un poco dormir, otro poco dormitar, otro poco tumbarse con los brazos cruzados |
| y llegará, como vagabundo, tu miseria y como un mendigo tu pobreza. |
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