| = Del maestro de coro. Según la melodía: Lirios es el dictamen. De Asaf. Salmo. = |
| Pastor de Israel, escucha, tú que guías a José como un rebaño; tú que estás sentado entre querubes, resplandece |
| ante Efraím, Benjamín y Manasés; ¡despierta tu poderío, y ven en nuestro auxilio! |
| ¡Oh Dios, haznos volver, y que brille tu rostro, para que seamos salvos! |
| ¿Hasta cuándo, oh Yahveh Dios Sebaot, estarás airado contra la plegaria de tu pueblo? |
| Les das a comer un pan de llanto les haces beber lágrimas al triple; |
| habladuría nos haces de nuestros convecinos, y nuestros enemigos se burlan de nosotros. |
| ¡Oh Dios Sebaot, haznos volver, y brille tu rostro, para que seamos salvos! |
| Una viña de Egipto arrancaste, expulsaste naciones para plantarla a ella, |
| le preparaste el suelo, y echó raíces y llenó la tierra. |
| Su sombra cubría las montañas, sus pámpanos los cedros de Dios; |
| extendía sus sarmientos hasta el mar, hasta el Río sus renuevos. |
| ¿Por qué has hecho brecha en sus tapias, para que todo el que pasa por el camino la vendimie, |
| el jabalí salvaje la devaste, y la pele el ganado de los campos? |
| ¡Oh Dios Sebaot, vuélvete ya, desde los cielos mira y ve, visita a esta viña, |
| cuídala, a ella, la que plantó tu diestra! |
| ¡Los que fuego le prendieron, cual basura, a la amenaza de tu faz perezcan! |
| Esté tu mano sobre el hombre de tu diestra, sobre el hijo de Adán que para ti fortaleciste. |
| Ya no volveremos a apartarnos de ti; nos darás vida y tu nombre invocaremos. |
| ¡Oh Yahveh, Dios Sebaot, haznos volver, y que brille tu rostro, para que seamos salvos! |
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