| ¿Por qué Sadday no se reserva tiempos, y los que le conocen no contemplan sus días? |
| Los malvados remueven los mojones, roban el rebaño y su pastor. |
| Se llevan el asno de los huérfanos, toman en prenda el buey de la viuda. |
| Los mendigos tienen que retirarse del camino, a una se ocultan los pobres del país. |
| Como onagros del desierto salen a su tarea, buscando presa desde el alba, y a la tarde, pan para sus crías. |
| Cosechan en el campo del inicuo, vendimian la viña del malvado. |
| Pasan la noche desnudos, sin vestido, sin cobertor contra el frío. |
| Calados por el turbión de las montañas, faltos de abrigo, se pegan a la roca. |
| Al huérfano se le arranca del pecho, se toma en prenda al niño del pobre. |
| Desnudos andan, sin vestido; hambrientos, llevan las gavillas. |
| Pasan el mediodía entre dos paredes, pisan los lagares y no quitan la sed. |
| Desde la ciudad gimen los que mueren, el herido de muerte pide auxilio, ¡y Dios sigue sordo a la oración! |
| Otros hay rebeldes a la luz: no reconocen sus caminos ni frecuentan sus senderos. |
| Aún no es de día cuando el asesino se levanta para matar al pobre y al menesteroso.Por la noche merodea el ladrón. |
| El ojo del adúltero el crepúsculo espía: Ningún ojo - dice - me divisa, y cubre su rostro con un velo. |
| Las casas perfora en las tinieblas.Durante el día se ocultan los que no quieren conocer la luz. |
| Para todos ellos la mañana es sombra, porque sufren entonces sus terrores. |
| No es más que una paja sobre el agua, su hacienda es maldita en el país, nadie toma el camino de su viña. |
| Como el calor de sequía arrebata el agua de nieve, así el seol al que ha pecado. |
| El seno que le formó se olvida de él, y su nombre no se recuerda más.Así la iniquidad es desgajada como un árbol. |
| Maltrataba a la estéril, la que no da a luz, y a la viuda no trataba bien. |
| Pero Aquel que agarra con su fuerza a los tiranos se levanta, y va el otro no cuenta con la vida. |
| Le dejaba apoyarse con seguridad, pero sus ojos vigilaban sus caminos. |
| Se encumbró por un instante, y ya no existe, se abate como el armuelle que se corta, como la cresta de la espiga se amustia. |
| ¿No es así? ¿quién me puede desmentir y reducir a nada mi palabra? |
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