| Escucha, Yahveh, la justicia, atiende a mi clamor, presta oído a mi plegaria, que no es de labios engañosos. |
| Mi juicio saldrá de tu presencia, tus ojos ven lo recto. |
| Mi corazón tú sondas, de noche me visitas; me pruebas al crisol sin hallar nada malo en mí; mi boca no claudica |
| al modo de los hombres.La palabra de tus labios he guardado, por las sendas trazadas |
| ajustando mis pasos; por tus veredas no vacilan mis pies. |
| Yo te llamo, que tú, oh Dios, me respondes, tiende hacia mí tu oído, escucha mis palabras, |
| haz gala de tus gracias, tú que salvas a los que buscan a tu diestra refugio contra los que atacan. |
| Guárdame como la pupila de los ojos, escóndeme a la sombra de tus alas |
| de esos impíos que me acosan, enemigos ensañados que me cercan. |
| Están ellos cerrados en su grasa, hablan, la arrogancia en la boca. |
| Avanzan contra mí, ya me cercan, me clavan sus ojos para tirarme al suelo. |
| Son como el león ávido de presa, o el leoncillo agazapado en su guarida. |
| ¡Levántate, Yahveh, hazle frente, derríbale; libra con tu espada mi alma del impío, |
| de los mortales, con tu mano, Yahveh, de los mortales de este mundo, cuyo lote es la vida! ¡De tus reservas llénales el vientre, que sus hijos se sacien, y dejen las sobras para sus pequeños! |
| Mas yo, en la justicia, contemplaré tu rostro, al despertar me hartaré de tu imagen. |
| | |