| En mi lecho, por las noches, he buscado al amor de mi alma.Busquéle y no le hallé. |
| Me levantaré, pues, y recorreré la ciudad.Por las calles y las plazas buscaré al amor de mi alma.Busquéle y no le hallé. |
| Los centinelas me encontraron, los que hacen la ronda en la ciudad: ¿Habéis visto al amor de mi alma? |
| Apenas habíalos pasado, cuando encontré al amor de mi alma.Le aprehendí y no le soltaré hasta que le haya introducido en la casa de mi madre, en la alcoba de la que me concibió. |
| Yo os conjuro, hijas de Jerusalén, por las gacelas, por las ciervas del campo, no despertéis, no desveléis al amor, hasta que le plazca. |
| ¿Qué es eso que sube del desierto, cual columna de humo sahumado de mirra y de incienso, de todo polvo de aromas exóticos? |
| Ved la litera de Salomón.Sesenta valientes en torno a ella, la flor de los valientes de Israel: |
| todos diestros en la espada, veteranos en la guerra.Cada uno lleva su espada al cinto, por las alarmas de la noche. |
| El rey Salomón se ha hecho un palanquín de madera del Líbano. |
| Ha hecho de plata sus columnas, de oro su respaldo, de púrpura su asiento; su interior, tapizado de amor por las hijas de Jerusalén. |
| Salid a contemplar, hijas de Sión, a Salomón el rey, con la diadema con que le coronó su madre el día de sus bodas, el día del gozo de su corazón. |
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